Hacia 1956 los abuelos Margarita y Benito “el hijo de la Lechuguera” (dicen que traían plantero de lechuga para vender a los lugareños), decidieron montar una cantina donde vender vinos y licores según reza el cartel.
Años difíciles, con un burro traían el vino de los pueblos vecinos aunque ya disponían de una cámara para vender gaseosas frescas… una primicia en Cascante… deleites de caracoles, callos y demás eran sus guisos entonces.
Ángel y Paquita retomaron el Lechuguero en 1970, comprando la casa de enfrente al lugar donde se hallaba la antigua cantina, creando un pequeño restaurante, bar y fonda… la cocina se fue ampliando y se servían menús del día, pequeñas celebraciones y otros eventos, siendo muy famosas sus meriendas.
Así hasta 1991 en que Angelines “La Lechuguerica” y Carmelo su marido… iniciaron la tercera y actual generación del Lechuguero… en 1999 se inauguro la ampliación actual del restaurante.